Nota: El Boletín Oficial de Aragón del día 30 de julio de 2024 publicó el Decreto 130/2024, de 17 de julio, del Gobierno de Aragón por el que se declara la tradición de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos y Caballitos de Zaragoza, Bien de Interés Cultural Inmaterial.
Tradición y Cultura en las Fiestas del Pilar
Los Cabezudos de Zaragoza son una de las tradiciones más emblemáticas y queridas de la ciudad, especialmente durante las Fiestas del Pilar.
Estas figuras, con sus grandes cabezas de cartón piedra y sus coloridos trajes, desfilan por las calles acompañadas de gigantes, formando una comparsa que encanta tanto a locales como a visitantes.
En este artículo, exploraremos la historia, el significado y la evolución de estos personajes que forman parte integral del patrimonio cultural de Zaragoza.

Orígenes y Evolución de los Cabezudos
La tradición de los gigantes y cabezudos en Zaragoza se remonta al siglo XVI, aunque las primeras referencias documentadas datan de 1807.
En aquel entonces, la comparsa estaba formada por cuatro gigantes que representaban a una familia: un padre, una madre y dos hijos, acompañados de cuatro cabezudos y cuatro caballos.
Estos personajes participaban en las procesiones del Corpus, simbolizando la lucha entre el bien y el mal.
Los gigantes, con su porte majestuoso, representaban el bien y escoltaban solemnemente el paso del Santísimo Sacramento, mientras que los cabezudos, con sus rasgos deformados, simbolizaban el pecado y huían despavoridos ante la presencia divina.
A lo largo de los años, la comparsa ha sufrido diversas transformaciones.
En 1860, Félix Oroz creó una nueva serie de gigantes y cabezudos que incluía personajes como El Morico, El Berrugón, El Forano y El Tuerto, los cuales siguen presentes en la actualidad.
Estos cabezudos, con sus características únicas y sus historias particulares, se han convertido en iconos de la ciudad.

La Comparsa Actual
Hoy en día, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Zaragoza está formada por 14 gigantes y 11 cabezudos.
Cada uno de estos personajes tiene su propia historia y representa a figuras populares o históricas de la ciudad.
Por ejemplo, El Morico es uno de los cabezudos más antiguos y representa a un moro, recordando la influencia musulmana en la historia de Zaragoza.
El Berrugón, con su característica verruga, es otro de los cabezudos más queridos y simboliza la picardía y el ingenio de los zaragozanos.
Además de los cabezudos tradicionales, la comparsa también incluye figuras más recientes como La Pilara, que fue bautizada en 1982 y representa a la famosa cantante y humorista Pilar Lahuerta.
La Pilara se distingue por su vestido rojo y verde y su diadema de colores, y es uno de los cabezudos que más alegría despierta entre el público.

Los Cabezudos en las Fiestas del Pilar
Las Fiestas del Pilar, que se celebran en octubre en honor a la Virgen del Pilar, son el escenario principal donde los cabezudos y gigantes despliegan todo su esplendor.
Durante estos días, la comparsa recorre las calles de Zaragoza en diferentes desfiles y actividades, acompañada de música y bailes tradicionales.
Los cabezudos, con sus grandes cabezas y sus trajes coloridos, son especialmente populares entre los más pequeños, quienes disfrutan persiguiéndolos y jugando con ellos.
Uno de los momentos más esperados es el desfile del pregón, que marca el inicio oficial de las fiestas.
En este evento, los gigantes y cabezudos desfilan por las calles principales de la ciudad.
Seguidos por miles de zaragozanos y visitantes que se unen a la celebración.
Otro de los eventos destacados es el recorrido de San Valero, que tiene lugar en el centro de la ciudad y en el que la comparsa también participa activamente.

La Importancia Cultural de los Cabezudos
Los Cabezudos de Zaragoza no solo son una atracción festiva, sino que también tienen un profundo significado cultural.
Representan la historia y las tradiciones de la ciudad, y son un símbolo de la identidad zaragozana.
La comparsa de gigantes y cabezudos ha sido declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC), lo que refuerza su importancia como patrimonio cultural de la ciudad.
Además, los cabezudos y gigantes son un ejemplo de cómo las tradiciones pueden evolucionar y adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia.
A lo largo de los años, se han realizado diversas renovaciones y se han incorporado nuevos personajes, como José de Palafox y Agustina de Aragón, en conmemoración del bicentenario de los Sitios de Zaragoza.
Estas incorporaciones no solo enriquecen la comparsa, sino que también mantienen viva la memoria histórica de la ciudad.

El Futuro de los Cabezudos
A pesar de los cambios y las modernizaciones, los Cabezudos de Zaragoza siguen siendo una tradición viva y en constante evolución.
La participación de nuevas generaciones en la comparsa y el interés creciente por parte de los visitantes aseguran que esta tradición seguirá siendo una parte integral de las Fiestas del Pilar y del patrimonio cultural de Zaragoza.
Además, la colaboración con otras comparsas de gigantes y cabezudos de diferentes regiones de España y del mundo enriquece aún más esta tradición, permitiendo el intercambio de conocimientos y experiencias. Este intercambio cultural no solo fortalece los lazos entre comunidades, sino que también contribuye a la preservación y promoción de estas tradiciones a nivel global.


Un símbolo de historia
Los Cabezudos de Zaragoza son mucho más que simples figuras festivas; son un símbolo de la historia, la cultura y la identidad de la ciudad. A través de sus desfiles y actividades, los cabezudos y gigantes nos transportan a un pasado lleno de tradiciones y nos invitan a celebrar el presente con alegría y entusiasmo. La preservación y promoción de esta tradición son esenciales para mantener vivo el patrimonio cultural de Zaragoza y para seguir disfrutando de estas maravillosas figuras en las calles de la ciudad durante muchos años más.